A la derecha, Su Majestad Don Juan Carlos I, patéticamente, el rey emérito de España. A la izquierda, un organizador de safaris. Detrás, un elefante víctima de la simpática afición del monarca. La población de elefantes africanos se ha reducido un 93% [1] en las últimas décadas, en parte gracias a la madurez moral de esta clase de individuos.
En España mueren alrededor de 25 mil animales al año a manos de la actividad cinegética. Además, el 80% del terreno nacional forma parte de algún coto de caza, la que es ejercida por alrededor de 800.000 cazadores, moviendo más de 3500 millones de euros y generando unos 54.000 empleos anualmente. Esto la convierte en el tercer deporte más practicado del país. Como si considerarla un deporte no fuera sugerente de por sí, la tradición de la caza esta ferozmente arraigada en el paisaje cultural del país, sobre todo en zonas rurales y del interior. El sector cinegético disfruta de grandes beneficios por parte de las administraciones, quizá dada la importancia de la ganadería y la agricultura del país. Aún con todo esto, el escepticismo frente a la caza lleva cogiendo impulso desde hace unos años. Aquí van las principales críticas, preocupaciones y discusiones candentes de la actividad cinegética en España.
La caza no regula las poblaciones
En España, las principales especies cinegéticas de caza mayor son el jabalí y el corzo. Existe un problema real con la población de este primero, el cual es bastante prolífico en toda Europa y está causando problemas en zonas urbanas, siendo vectores importantes de transmisión de enfermedades en suidos domésticos como la peste porcina africana, y causando daños sustanciales a agricultores. ¿La solución? Has acertado. Y es que año tras año, el número de jabalíes abatidos por los cazadores no para de crecer. Sin embargo, el problema de la sobrepoblación, lejos de aminorar, sigue en auge.
En la temporada de 2007 se abatieron 931 ejemplares, en la temporada de 2017 la cifra llegó a los 1575. Entre las temporadas 2013 y 2017 se abatieron 1500 jabalíes al año de media, 909 para el período de 2008 a 2012 y 701 de 2003 a 2007. En cuanto al corzo las tendencias son similares: en el período de las temporadas 2013 a 2017 se abatieron una media de 211 corzos al año. Más del doble que entre 2003 a 2007, con 84 corzos cazados [2].
Cualquier otro indicador presenta una tendencia creciente: ejemplares vistos, relación de cazados/vistos, batidas realizadas, número de jornadas de cazador, número de perros empleados en las batidas, etc. Por tanto, podemos afirmar fuera de toda duda razonable que la caza no ha servido para regular el ecosistema español ni las poblaciones de jabalíes que lo habitan.
Como ya hemos visto, un ecosistema sano se encarga por sí mismo de regular la población de especies, así como de evitar comportamientos anómalos de las mismas (como bajar a la ciudad en busca de alimento). Los jabalíes se trasladan a entornos urbanos porque ha descendido la capacidad de acogida del medio rural español para la especie. Esto se debe a una disponibilidad menor de alimento por la desaparición del bosque autóctono y la proliferación de plantaciones de pino y eucalipto, a la desaparición de entornos naturales y zonas colindantes por la actividad antrópica de los espacios (propiciada por la ganadería) y a la falta del papel regulador de especies depredadoras (propiciada por la caza). Nada nuevo bajo el sol. El problema es cíclico, y la solución es obvia.
La caza limita los derechos de la ciudadanía
La Constitución Española, en su artículo 19, reconoce a ciudadanos españoles la libertad de circulación. Por otra parte, el artículo 45.1 reconoce a los ciudadanos españoles el derecho al disfrute del medio ambiente. El artículo 132.1 de la Constitución, la Ley de Régimen Local y las Leyes de Patrimonio de las Administraciones Públicas y Vías Pecuarias señalan que los caminos públicos, al igual que las vías pecuarias, los dominios públicos hidráulicos y los montes de utilidad pública son “inalienables, imprescriptibles e inembargables” y tienen como fin primordial el uso público.
La caza en España es responsable de un promedio de 28 muertes humanas al año en incidentes relacionados con armas de fuego, no en todos los casos afectando a aquellos que la ejercitan. Además de las fatalidades, numerosos incidentes derivados de estas limitaciones de hecho (creación de situaciones de riesgo, molestias, etc.) interfieren con las múltiples actividades de uso público que los ciudadanos realizan en el medio rural. El aumento de denuncias desde todo tipo de colectivos y entidades pone en evidencia que la actividad cinegética sigue causando numerosas situaciones que atentan contra los derechos de las personas, a pesar de lo que se declara en la constitución.
El maltrato de los perros de caza
Se estima que, al finalizar la temporada de caza, cerca de 50.000 galgos son abandonados por sus propietarios. En 2009 aparecieron un centenar de galgos ahorcados en lo que se conoce como colgadero oficial, en la localidad Toledana de Villatobas. En estos lugares, para soslayar el delito que constituye el asesinato de un perro, muchos cazadores dejaron a los galgos colgados de modo que sus piernas tocaran el suelo. Las piernas eventualmente fallarían debido a la fatiga, provocando el ahorcamiento del animal.
Además de los galgos, utilizados sobre todo en la cacería menor, están los perros de rehala, el equipo de perros utilizado para la caza mayor (en especial, la de montería), que persiguen a los animales salvajes en primera línea, y que frecuentemente se abandonan a su suerte cuando son alcanzados por jabalíes o corzos.
Utilizar a animales tan capaces de demostrar empatía y de comportarse adecuadamente para fines así de salvajes, y bajo unas condiciones de seguridad completamente insuficientes, es solo una muestra más de la falta de responsabilidad moral que muchos cazadores presentan frente al bienestar animal, ya sean salvajes o mascotas.
La caza del lobo
La caza del lobo se ha prohibido recientemente en España. Pese al debate que se formó a raíz de esta decisión, enfrentando a ganaderos y ecologistas, mi posición es la que cualquiera que lleve más de medio minuto leyendo se espera. La caza del lobo solo se justifica para evitar perdidas de ganado menor. A su vez, la ganadería intensiva es una de las principales causas de que la población de lobos esté en grave declive, pues se quedan con menos hábitats adecuados para su desarrollo.
Esta decisión cuenta con el respaldo del Comité Científico, que entiende que el estancamiento de la población de lobo ibérico en los últimos años y la congelación de su área de distribución se ha producido como consecuencia de la elevada tasa de mortandad no natural que soporta la especie. Ante esta situación, aseguraron que es «necesario promover un cambio en el modelo de gestión que las comunidades autónomas afectadas han aplicado hasta la fecha».
Algunos creen, erróneamente, que la caza del lobo en España se lleva (llevaba) a cabo para mejorar el bienestar de la especie, y evitar su sobrepoblación. Claro esta que al ser un gran depredador, su población se auto regula por la presencia de presas hábiles en su entorno, por lo que el argumento es absurdo. Además, es simplemente cándido creer que si los lobos no atacaran el ganado habría gente dispuesta a dispararles en el pulmón por su propio bien. Por desgracia, los humanos aún no funcionamos así. El aclamado defensor de los animales Frank Cuesta ha sostenido esta posición, y ha asegurado que el lobo sufrirá más ahora que su caza está prohibida. Además de destacar el imaginario problema de su sobrepoblación, afirma que la ganadería es un bien necesario para el medio para evitar incendios, con lo que tampoco está convencido de que el veganismo ofrezca una solución. A pesar de discrepar con su estimación, su solución de crear recintos naturales cerrados para animales salvajes es razonable, y no se yuxtapone al veganismo.
Referencias
[1] Michael J. Chase et al. Continent-wide survey reveals massive decline in African savannah elephants, 2016 https://peerj.com/articles/2354.pdf
[2] No, la caza no regula nada https://www.elsaltodiario.com/caza/bizkaia-diputacion-la-caza-no-regula-nada
Enlaces
https://www.animanaturalis.org/p/1662/la-caza-en-espana-datos-y-estadisticas
https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/adjuntos-spip/pdf/info-verdades-caza.pdf
https://www.larazon.es/sociedad/20200214/mhdmvsjyenhnhfkkx6fj2ecdyy.html
https://www.youtube.com/watch?v=SzE2trsZfH0